31 de octubre de 2015

Levántate, izquierda!!

(Escribí esto el día 26 de mayo de 2014, y por miedo a represalias en ese momento, no lo publiqué. Ahora creo que las aguas ya se han calmado.)

El día 25 de mayo de 2014 quedará para siempre grabado a fuego en la memoria de muchos. Muchos que piensan que el cambio es necesario, muchos que quieren una tierra mejor en la que vivir, muchos que piensan que hay que romper con lo actual y dar paso al futuro, a algo nuevo. Muchos que piden tu regreso y te piden la mano para levantarse de las ruinas.

Muchos que están controlados, empobrecidos, desahuciados, marginados, desterrados, desanimados, indignados o hartos de lo que desde hace décadas se nos es impuesto.
En este día se ha visto el principio de ese cambio, un cambio que ha apartado a los dos monstruos de las típicas victorias a las que todos estamos ya más que acostumbrados. Unos, anclados en la derecha más rancia y fascista, que quiere igualar la vida actual a la de hace 70 años quitando de en medio derechos y libertades, privando al pueblo de su legitimidad y decisiones. Otros, más actuales, de centro-izquierda, apuestan por el cambio con dirigentes anclados en ideas que hace tiempo ya pasaron de moda, cosa que hace que la gente les apoye cada vez menos, buscando éstos el cambio, no llegándolo a lograr. Ese cambio del que hablo se traduce en nuevas fuerzas políticas, fuerzas movidas y comandadas por el pueblo, por los obreros, por los que de verdad deberían mover un país como lo es España. En apariencia se dividen en izquierda y centro, pero ambos van en el mismo barco: el barco del cambio, el barco de la igualdad, el de las oportunidades, el de las ideas del pueblo, el que sabe y quiere cambiar España. Cambiar España con cabeza, con un timón de ideales que nos dé y devuelva lo que queremos. Ahora, ese barco ha llegado a tierra, y de él se han bajado nuevas  ideas que rompen por completo a las que estamos acostumbrados desde hace 36 años en nuestro país. Hablamos de cambio cuando nombramos a opciones como Podemos, cuarta fuerza más votada en España en estas elecciones europeas. Hablamos de la omnipresente pero no por ello anticuada Izquierda Unida, la tercera fuerza del país. Citamos también a Unión, Progreso y Democracia, una idea que, como las dos anteriores, rompe con todo, intentando, mediante el apoyo popular y la cultura, cambiar España y Europa. Citar también a la formación Ciudadanos, que, creada en la tan odiada por los mayoritarios Cataluña, se ha extendido llevando las ideas del centro político a las calles de España, siendo elegida por los que aún no saben que barco tomar: si el de la izquierda y sus cambios o el de la derecha y su anclaje al pasado más rancio y eliminado del mapa desde hace décadas. Todos sabemos muy bien lo que queremos.

Cuando hablo de principio del cambio hablo del paso de la votación conjunta de los habitantes de un 80 a un 49 por ciento a los partidos mayoritarios: el PSOE y el PP. ¿Qué por qué?, me dirán muchos. La gente está harta, aburrida de ser manipulada como los dirigentes quieren. Harta de que les chupen la sangre, de que les quiten sus derechos, sus libertades, su identidad como pueblo. Ese pueblo desangrado quiere ahora una transfusión, no solo de sangre, sino también de derechos, de libertades y de una nueva identidad, esa identidad que hace que un pueblo, que un país se mueva, vaya por el buen camino y no se quede en la cuneta, enterrado y olvidado con el paso del tiempo.
Muchos les llamarán comunistas, les llamarán rojos, les llamarán revolucionarios. Pero no entienden que no es así. No por querer que los dirigentes de tu pueblo cambien ya hay que ser así. No por querer dirigentes que no estén día sí y día no con la mierda hasta el cuello es ser un comunista. No por querer recuperar lo que un día lograron y al otro les quitaron es para forzarles a callar y perseguirles. No por querer avanzar en una nueva identidad como pueblo es forzarles a romper con sus ideas. No por pensar distinto tienes que menospreciar a tu pueblo.

Levántate pueblo, levántate libertad, levántate cambio, levántate izquierda!! Hemos visto que puedes hacerlo, hemos visto que puedes recuperar lo que un día fuiste. Hemos visto que se puede echar la vista atrás y recuperar lo que un día perdiste por imposición de algunos. Hemos visto que el pueblo te apoya, que el pueblo te quiere, que el pueblo te respeta, que el pueblo te busca para crear un nuevo futuro,  tener una nueva identidad, un nuevo pensamiento para mirar adelante , una mirada y vista hacia el futuro con la que recuperar derechos que todos debían y deberían tener desde hace mucho tiempo, con la que ayudar y nunca perder, con la que, en definitiva, convertir todo de malo a bueno, de limpiar la basura, meterla en una bolsa y tirarla lejos, muy lejos, dónde nadie pueda verla, ayudarla ni rescatarla, y ahí quemarla, destruirla, deshacerse por completo de ella y dar libertad a los que te la piden y necesitan, que son muchos, más de lo que muchos se piensan. Romper con el pasado y unir los trozos de un futuro nuevo. Lo sabes bien, izquierda. Lo sabes bien, pueblo. Nosotros, ese pueblo que tanto te quiere y añora, creemos en ti y sabemos que puedes levantarte, que muchos te creían en el suelo, derrotada, y que ahora, con el imponente apoyo popular están tendiéndote una mano, cogiéndote del brazo y ayudándote a ponerte de pie, ayudándote a empezar a andar y a hacer camino, el camino del futuro, el camino del cambio. Ese camino acabará y fraguará en el momento que todo lo que te pidan se cumpla y lo hagas realidad, sabemos que puedes, que eres fuerte, izquierda. Sabemos que tienes que romper y enterrar las desigualdades de clases. Sabemos que puedes igualar a todos, que los que tengan dinero no se enriquezcan más y los que no tienen de nada no se empobrezcan hasta perderlo todo o casi todo. Darles a todos un poco, quitar a los que más tienen y dárselo a los que más te lo piden, izquierda. Lo hiciste una vez, ¿por qué no de nuevo?
De nuevo te lo pedimos, izquierda, levántate para cambiar el futuro, para llevar a tu pueblo al lugar que perdió, al lugar que tanto se merece y que nos quitaron hace tiempo. A recuperar lo que es tuyo, izquierda.



Levántate, izquierda!!

16 de octubre de 2015

Atardecer en Madrid.

Para tí.


Me acuerdo de aquella chica, venida de allá lejos. 
Me acuerdo de esa chica que añoraba Madrid.
Me acuerdo de cómo me contaba lo que hacía,
por dónde iba, 
por dónde sonreía,
viendo el sol 
caer sobre Madrid.

Su deseo sigue aquí,
perdido entre las calles de Madrid.
A veces me la encuentro en sueños,
mirando el atardecer desde lo más alto,
recordando y pidiendo un deseo,
el deseo de regresar a la tierra
de la que no debía haber marchado.

Sabe que volverá,
sé que volverá
a ver el atardecer
caer sobre Madrid.

3 de octubre de 2015

Aquel chico de Livorno

«Ci sono giocatori che con i soldi guadagnati si comprano lo yacht, una Ferrari, una villa al mare. Ecco io con questi soldi mi ci sono comprato la maglia del Livorno.»

«Hay jugadores que con el dinero que ganan se puede comprar un yate, un Ferrari, una casa junto al mar. Yo con ese dinero me compré la camiseta del Livorno.»

[Sacado del libro "Tenetevi il miliardo" ("Quedáos con los mil millones"), de Carlo Pallavicino.]

Livorno, Provincia de Livorno, Región de Toscana, año 1979. Nada hacía presagiar que en una ciudad trabajadora, pobre, casi olvidada con respecto al resto de Italia, surgiera una de las mayores figuras del fútbol italiano de las últimas décadas. Estoy hablando del jugador "de izquierdas" por antonomasia en Europa, estoy hablando de Cristiano Lucarelli, delantero centro.

Para él, el dinero, la celebridad y la comodidad nunca fueron un fuerte: el suyo fueron los sueños. En el continente europeo fuera de Italia se le conoce por sus nefastas etapas en el Valencia y el Shakhtar Donetsk, y en el país transalpino por jugar en el Cuoiopelli, Perugia, Cosenza, Padova, Lecce y Torino, además del club en el que se dio a conocer, su equipo, su alma, su sueño desde niño, la AS Livorno Calcio. Llegó a jugar con la selección nacional sub-21, acabándose su carrera con la "azzurri" en un partido frente a Moldavia, en el que, tras marcar un tanto, lo celebrara quitándose la camiseta y enseñando la que llevaba debajo, con la efigie del "Che" Guevara. Parece que este gesto molestó a la federación italiana, que nunca le volvió a llamar para jugar con la selección.


¿Una camiseta del "Che" Guevara? ¿Porqué? Cristiano Lucarelli es comunista y de Livorno, algo que siempre va unido (al menos eso me contaron por tierras italianas).


El Livorno es una fe:
los ultras y sus profetas

¿Qué tiene que ver el comunismo italiano con Livorno? En 1921, en esta preciosa ciudad portuaria de Toscana, se fundó el Partido Comunista de Italia, y después de esto, hace ya 94 años, la ciudad siempre ha sido de izquierdas. Lucarelli es además hijo de un portuario militante del partido. Y bueno, el tiempo hizo el resto. Cristiano siempre quiso desde pequeño ser delantero del equipo de su ciudad, y en concreto ser el que marcase el gol del ascenso del equipo a la Serie A. Antes de ser jugador, a Lucarelli le tiraban el negro y el azul del Inter de Milán, pero se cambió al Livorno porque, como el Inter en esos años, "tampoco ganaban nada". Los logros históricos del equipo se resumen en una Coppa italiana en 1987. El equipo es conocido porque los aficionados, en el Stadio Armando Picchi, enarbolan banderas y tifos con figuras de izquierdas tan características como la efigie de Ernesto Guevara o la hoz y el martillo.


Aun así, el equipo siempre jugó en Serie B y en categorías inferiores. Hasta que todo cambió.

En el año 2003, Cristiano Lucarelli defendía los colores del Torino, y su representante, Carlo Pallavicino, estaba en busca de un nuevo contrato para el delantero. Muchos equipos ofrecían sus servicios a "Cris". Casualmente en ese año, el Livorno ascendió a Serie B, y el jugador inmediatamente pidió a Pallavicino que le consiguiera un puesto en el club de su alma. El equipo del Armando Picchi no pudo ofrecerle tanto como los otros equipos que le quisieron, pero esto a Cristiano no le importó en absoluto. Para volver a Livorno antes debía marcharse del Torino: romper su contrato `sólo´ le costó mil millones de liras, unos 516.500 euros.

Cristiano Lucarelli volvió a su Livorno natal, comandando al equipo "amaranto" esa campaña. El jugador encarnaba el sueño de miles de livorneses, ascender a la Serie A 54 años después. La pasión, por encima de todo, llevó a Cristiano y a sus 25 goles esa temporada a lograrlo. El jugador con el 99 a la espalda, además, cumplió su sueño de pequeño: marcar ese vigésimo quinto gol, el gol que hacía que el equipo volviera a la élite del fútbol italiano.


Cristiano Lucarelli, aquel chico de Livorno que pagó mil millones de liras italianas para cumplir sus sueños, vive entre los suyos y es famoso en Livorno. En el 2012 se retiró en el Nápoles, y ahora es entrenador del A.C. Tuttocuoio 1957, de la Lega Pro. Y, ¿quién sabe? Quizá vuelva a Livorno pronto.