3 de octubre de 2015

Aquel chico de Livorno

«Ci sono giocatori che con i soldi guadagnati si comprano lo yacht, una Ferrari, una villa al mare. Ecco io con questi soldi mi ci sono comprato la maglia del Livorno.»

«Hay jugadores que con el dinero que ganan se puede comprar un yate, un Ferrari, una casa junto al mar. Yo con ese dinero me compré la camiseta del Livorno.»

[Sacado del libro "Tenetevi il miliardo" ("Quedáos con los mil millones"), de Carlo Pallavicino.]

Livorno, Provincia de Livorno, Región de Toscana, año 1979. Nada hacía presagiar que en una ciudad trabajadora, pobre, casi olvidada con respecto al resto de Italia, surgiera una de las mayores figuras del fútbol italiano de las últimas décadas. Estoy hablando del jugador "de izquierdas" por antonomasia en Europa, estoy hablando de Cristiano Lucarelli, delantero centro.

Para él, el dinero, la celebridad y la comodidad nunca fueron un fuerte: el suyo fueron los sueños. En el continente europeo fuera de Italia se le conoce por sus nefastas etapas en el Valencia y el Shakhtar Donetsk, y en el país transalpino por jugar en el Cuoiopelli, Perugia, Cosenza, Padova, Lecce y Torino, además del club en el que se dio a conocer, su equipo, su alma, su sueño desde niño, la AS Livorno Calcio. Llegó a jugar con la selección nacional sub-21, acabándose su carrera con la "azzurri" en un partido frente a Moldavia, en el que, tras marcar un tanto, lo celebrara quitándose la camiseta y enseñando la que llevaba debajo, con la efigie del "Che" Guevara. Parece que este gesto molestó a la federación italiana, que nunca le volvió a llamar para jugar con la selección.


¿Una camiseta del "Che" Guevara? ¿Porqué? Cristiano Lucarelli es comunista y de Livorno, algo que siempre va unido (al menos eso me contaron por tierras italianas).


El Livorno es una fe:
los ultras y sus profetas

¿Qué tiene que ver el comunismo italiano con Livorno? En 1921, en esta preciosa ciudad portuaria de Toscana, se fundó el Partido Comunista de Italia, y después de esto, hace ya 94 años, la ciudad siempre ha sido de izquierdas. Lucarelli es además hijo de un portuario militante del partido. Y bueno, el tiempo hizo el resto. Cristiano siempre quiso desde pequeño ser delantero del equipo de su ciudad, y en concreto ser el que marcase el gol del ascenso del equipo a la Serie A. Antes de ser jugador, a Lucarelli le tiraban el negro y el azul del Inter de Milán, pero se cambió al Livorno porque, como el Inter en esos años, "tampoco ganaban nada". Los logros históricos del equipo se resumen en una Coppa italiana en 1987. El equipo es conocido porque los aficionados, en el Stadio Armando Picchi, enarbolan banderas y tifos con figuras de izquierdas tan características como la efigie de Ernesto Guevara o la hoz y el martillo.


Aun así, el equipo siempre jugó en Serie B y en categorías inferiores. Hasta que todo cambió.

En el año 2003, Cristiano Lucarelli defendía los colores del Torino, y su representante, Carlo Pallavicino, estaba en busca de un nuevo contrato para el delantero. Muchos equipos ofrecían sus servicios a "Cris". Casualmente en ese año, el Livorno ascendió a Serie B, y el jugador inmediatamente pidió a Pallavicino que le consiguiera un puesto en el club de su alma. El equipo del Armando Picchi no pudo ofrecerle tanto como los otros equipos que le quisieron, pero esto a Cristiano no le importó en absoluto. Para volver a Livorno antes debía marcharse del Torino: romper su contrato `sólo´ le costó mil millones de liras, unos 516.500 euros.

Cristiano Lucarelli volvió a su Livorno natal, comandando al equipo "amaranto" esa campaña. El jugador encarnaba el sueño de miles de livorneses, ascender a la Serie A 54 años después. La pasión, por encima de todo, llevó a Cristiano y a sus 25 goles esa temporada a lograrlo. El jugador con el 99 a la espalda, además, cumplió su sueño de pequeño: marcar ese vigésimo quinto gol, el gol que hacía que el equipo volviera a la élite del fútbol italiano.


Cristiano Lucarelli, aquel chico de Livorno que pagó mil millones de liras italianas para cumplir sus sueños, vive entre los suyos y es famoso en Livorno. En el 2012 se retiró en el Nápoles, y ahora es entrenador del A.C. Tuttocuoio 1957, de la Lega Pro. Y, ¿quién sabe? Quizá vuelva a Livorno pronto.

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