14 de mayo de 2017

Y quizá, solo quizá, no pasase nada.

Pero, ¿y si me fuese?

Me podría ir.

Y quizá, solo quizá, no pasase nada.

Tal vez acierte y me vaya mejor que aquí.

A veces pienso que sería de mi vida si viviese fuera de mi país.
Irme, si, vale. ¿Pero cuándo? Pues como todo quisqui con algo de cabeza en este país, cuando acabe la carrera. Esa carrera que aunque parece que te está aportando y te podrá aportar un buen futuro, no vale ni valdrá para nada a no ser que tengas un contacto que te coloque y te dé un puesto de por vida.

Muchos sabréis cual es mi destino preferido, que quizá en un tiempo, si quisiera irme, tenga que cambiar. 
Londres siempre ha sido para mi una ciudad libre (al menos con una mayor libertad de la que gozamos los jóvenes en España), cosmopolita, con mucho que ofrecer y sin duda el futuro para gente joven como yo, que buscamos un nuevo punto de vista en nuestro futuro y nuestra vida. Sueldos altos, buen estilo de vida, un territorio (hablando de todo Reino Unido) sin duda más civilizado que España. Todo el mundo últimamente se está marchando allí, parece al menos que solo para cambiar de aires ya que, por desgracia, algunas cosas echan para atrás: el aparente odio al extranjero, la violencia por la multietnicidad existente o el mal trato laboral simplemente por tener un pasaporte distinto al británico. Por ahora solo he podido visitarla para estudiar y para disfrutar como turista. Pero sé que llegará el momento de sentirla mía (si no la siento ya tras 5 veces habiéndola visitado).

Ahora ni se me ocurriría irme como quería hacerlo hace un par de años. Con lo que se viene allí dentro de muy poco, sería impensable, cabría decir que sería un suicidio, pensar estar un tiempo en la capital imperial, ir sin un contrato laboral, al menos si quieres vivir bien y no estar allí de regalo pagando todo de tu bolsillo. Todos esperamos que nada se desmadre allí con el proceso de salida de la UE, pero si pasase, podemos ir olvidando de irnos como no sea de turismo o, como he dicho ya antes, sin una hojita en la que ponga que vas a trabajar en esto o en lo otro en territorio británico.

Y tras esto piensas: ¿qué vas a hacer si en tu país te tratan peor que a un cubo de basura? Pues te buscas la vida, como sea. Alguna forma tiene que haber, esa forma que te ayude, aunque sea, a pagarte una habitación con baño y un plato de comida al día, siendo hasta demasiado si se da el caso. Lavando platos, sirviendo mesas, picando asfalto en una obra.

Parece que te lo has ganado, que tras estudiar 4 años en el mejor de los casos te dan de opción o eso o quedarte en tu casa viendo la televisión y convirtiéndose poco a poco en un ermitaño. Pero, ¿qué vas a hacer? Buscarte la vida, sí. Parece fácil, está sobre el papel: empezar a andar, cogerte un tren, un avión o arrastrarte por el suelo para llegar a lo prometido, a eso por lo que te has estado cuatro años chapando. Porque resulta que no es suficiente tu formación.

También hay otra opción, algo más al sur, que seguramente sea la final, pero prefiero no adelantarme a nada.

Porque ahora resulta que no eres nada.
Ésto no es lo que nos habían prometido.

Y quizá, solo quizá, no pasase nada.